miércoles, 15 de marzo de 2017

KARMA Y DHARMA, LA LIBERACIÓN

KARMA Y DHARMA
KARMA: El karma es considerado en las distintas religiones  del budismo, hinduismo ,  yainismo ,  ayyavazhi y el espiritismo, como una «ley» cósmica de retribución.
El sustantivo sánscrito karman significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unādi Sūtra 4.144).  El Karma es definido como una acción y reacción, es decir toda causa tiene su efecto. Por ejemplo la causa de la enfermedad es producto de los malos hábitos y  mala alimentación, puede que sea la deficiencia o excesiva vitaminas en el cuerpo. 

En la Religión Hindú
El karma está relacionada con la reencarnación, bien sea superior o inferior en la escala animal humana, según ellos,  la única liberación es el retiro ascético empleando técnicas yoga  para eliminar las pasiones humanas.
Esta doctrina sostiene que las personas tienen la libertad para hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir las consecuencias de sus actos. Hay que tener en cuenta que las acciones o  hechos modifican  el pasado, presente y futuro de la persona.
Para los Hindú, el Karma sería una Ley de causa y efecto, es decir: “que todo lo que siembras  cosechas”, “No hay efecto sin causa” y que existen divinidades que se encargan de hacerla cumplir. El karma es una «ley» de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual y opuesta. El encargado de hacer cumplir esta ley sería el omnisciente dios invisible Iama Rash (el ‘rey de la prohibición’) y sus monstruosos sirvientes invisibles, los iama- dutas (‘mensajeros de Iama’).
Después de que una persona abandona su cuerpo al momento de la muerte, los iamadutas le arrastrarían hasta la morada de Iamarásh, donde es juzgado duramente de acuerdo con las acciones, registradas una por una en el libro de la vida, que recita  Chitra Gupta, el secretario de Iamarash.

Los Brahamanes[1],
Consideran al karma como una responsabilidad de los penitentes durante el ciclo de sus reencarnaciones (rueda de samsara), a fin de que puedan alcanzar la liberación final (nirvana). Es decir, que en Yoga se considera un deber consciente liberarse del karma.

En la Religión Egipcia:
 Existen una serie de Divinidades encargadas de hacer cumplir la Justicia Divina, y así encontramos  a Anubis y sus 42 Jueces que son los encargados de juzgar y pesar el corazón de los Iniciados egipcios.

En la Religión Budista :
 La explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es diferente al de la hinduista. El karma no sería una ley de causa y efecto que implicaría la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir, sino una inercia natural.
El karma sería algo así, como una energía metafísica (invisible) que surge de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, todas las reencarnaciones quedan condicionadas por los actos realizados en vidas pasadas y presentes.
La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de superconsciencia llamado nirvana (samādhi en yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación. Por lo tanto, la práctica budista intenta que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta misma vida. El presente según los Budistas está condicionado y relacionado a las acciones y conductas de vidas pasadas, éstas forman una red que engloban a nuestra familia, amigos, y terceras personas que  hayamos ayudado o dañado en vidas pasadas.

Los niños prodigio:

El karma y la reencarnación serían la manera en que los orientales trataban de explicar el fenómeno de los niños prodigio, que serían resultado de muchas vidas de práctica en ese don particular. Esos niños serían almas que de alguna manera podrían aprovechar el talento aprendido en vidas anteriores, y que estaría almacenado en una inaccesible memoria astral o registros akáshicos (anales en el éter, sustancia mítica invisible más sutil que el aire).

En la Región Cristiana :

Lo que para la Iglesia católica se llama “pecados”, para los esoteristas conscientes, la denominamos “infracciones”. Estas infracciones se dan comúnmente tanto en el cuerpo como en la conducta, y se da en el cuerpo por ejemplo cuando atentamos contra nuestra salud, consumiendo comidas chatarras, o cuando adulteramos los productos que vendemos al público, o cuando cometemos actos injustos en nuestra vida, es decir, infringimos la Ley natural adulterándola y atentando con el equilibrio del universo.

Para los esoteristas :
Para los esoteristas esta etapa del Karma es un estado de consciencia equivalente al Purgatorio del que habla el cristianismo, es decir, una etapa de padecimientos y expiaciones por nuestras faltas y en el que conscientemente regresamos al camino perfecto y puro  de las virtudes.

Tanto para el hinduismo como para el budismo[2], el karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores que generan reacciones:
  • los actos
  • las palabras
  • los pensamientos.
Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos que son :
  1. nacimiento
  2. enfermedad
  3. vejez
  4. muerte.
Lo bueno o malo que le sucede a un ser humano no sería algo muy a voluntad de las deidades, sino el resultado de sus propios actos.
Es muy fácil y  cómodo para los espiritualistas echar la culpa de hechos cotidianos como, homicidio, robo, atropello, y atribuirlos al Karma de la víctima, cuando lo real es que muchas veces se infringe la ley universal por ignorancia y desconocimiento, lo que tendría que hacerse es educar a la población y despertar consciencia de los valores esenciales y universales del ser.
Si queremos una humanidad justa, sana, en armonía y en equilibrio, es preciso despertar consciencia y educar; así evitamos que aparezcan seres inferiores infractores de las leyes naturales : sea del cuerpo, y de la tierra, así como también que infrinjan las leyes que establecen el orden y la disciplina creando el caos.
Una educación sólida, refuerza los valores morales y hace que las personas rechacen  toda  formas de corrupción, Jesús dijo : “el pastor de las ovejas por la puerta entra, los que entran por la ventana lo hacen sólo para robar”.  Cuando los iniciados van despertando consciencia en ellos mismos, y en otras personas, entonces empieza a surgir el nuevo orden de cosas. Eh allí el nuevo Orden para la humanidad.
Lo importante es que uno sea consciente de lo que hace, dice y piensa, y realizar una auténtica revolución de la consciencia. Recuerda de qué árbol caíste, y en qué infringiste, sólo haciendo consciencia de tus actos puedes darte cuenta de lo que pagas. Hay deudas kármicas que originamos todos los días de nuestra existencia, como también existen deudas kármicas de vidas pasadas, podemos cancelar las deudas kármicas de esta vida, siendo más conscientes con los demás, siempre practicando la justicia en todo.

Jesús en la tierra, fue un servidor público consciente de la humanidad, nunca quiso le rindieran honores, ni tampoco buscaba acumular dinero, ni que lo alagaran, ni le dieran altos cargos dignatarios. El iniciado debe prestar un buen servicio,  un servicio sin engaño, de ese modo se gana Dharma.
El karma acumulado, puede ser trascendido por una Ley superior de sacrificio por la humanidad, así de esa forma rápida y sencilla se cancelan las deudas kármicas, siempre y cuando este sacrificio sea consciente, honesto, y desinteresado. Y no sacrificios por pura vanidad del ego.
Es increíble como la humanidad siempre justifica sus actos con sistemas religiosos. Lo importante es hacer lo correcto no porque vayamos a recibir cosas buenas o  malas, sino porque es lo correcto, justo y verdadero, y porque de ese modo expresamos el amor que nos tenemos, extendiéndolo al prójimo: Por eso el Primer mandamiento de la Ley de Dios es “Amar a Dios sobre todas las cosas” y eso implica amarse uno mismo.
Existen personas que se arrastran por dinero y por  un puesto de trabajo y con su actitud crean el desequilibrio universal, no permitamos las injusticias, denunciemos todo hecho inmoral y deshonesto que se fraguan a escondidas, seamos conscientes a la hora de elegir a nuestras autoridades, siempre vigilando y analizando su código de conducta. Elijamos siempre personas preparadas profesionalmente, y que  sean honestas, no nos dejemos llevar por su forma de hablar ni por su ropa, ni por su carisma, miremos sus obras, su conducta y su evolución como ser. No destruyamos las esperanzas ni la fe de nadie, porque todo lo que se hace en esta vida se paga. Cuando dañamos a otros, recibimos maldiciones de las personas que dañamos, se nos regresa, y  la consecuencia es que te cargas con energías negativas, las absorbes contaminando tu cuerpo áurico.   No seamos una piedra en el camino de nadie, no usemos la mentira como instrumento para perjudicar a nuestro prójimo.
Los guías de la humanidad (ángeles) deben inculcar  auténticos valores, la ética. La bestia hombre es desatada por la oscuridad e ignorancia. En lugar de liberar a Cristo en nosotros, lo crucificamos todos los días y en su lugar liberamos nuestros  defectos (yoes diablos en nosotros) que nos descienden a una vida de bajo nivel, de baja categoría que nos hace  involucionar. La grandeza jamás estará en el dinero, ni en el poder, la grandeza está en el espíritu, en lo que somos como seres.
Se entiende que existe un estado de pureza y sabiduría original, un orden latente y desconocido para nuestro entendimiento, debemos reconectarnos con ese orden natural, muchos nos desconectamos de nuestra propia naturaleza interna y por eso surge el karma. El cuerpo es como el universo, funciona muy bien cuando estamos dormidos y despiertos, consciente e inconsciente, y si dejamos que él mismo pida lo que necesita a veces se descontrola. Los seres humanos, siempre queremos educar a la naturaleza, finalmente la naturaleza termina educándonos.
La reencarnación —o transmigración de las almas— es el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y progresivamente vida tras vida, en una especie de evolución espiritual del alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza superior o divina.
El karma del iniciado y del discípulo de la energía, está representado por reencarnar sus distintos cuerpos en la vida presente, por lo que el discípulo sabio no debe identificarse con cada cuerpo karmático, las distintas almas y espíritus creados en cada vida quieren manejar al discípulo, aquí hay que arrancar la sabiduría de cada alma y dejarla ir a la sepultura, observemos el resultado de cada uno de ellas, su aprendizaje y si nos gusta el resultado continuamos, y si nos desagrada el resultado hay que seguir trabajando en la perfección de nuestro cuerpo formando el espíritu perfecto. Cuando hayamos formado un espíritu perfecto, se reflejará en nuestro cuerpo, es la etapa de la resurrección de los muertos.
                                                                                                                           
Por lo general, las almas y espíritus de vidas pasadas que vienen a nosotros han cometido errores y por esa razón perdieron el cuerpo. Lo importante es averiguar en qué se equivocaron para no incurrir en lo mismo.

No debemos olvidar los proverbios Cristianos: "el que siembra rayos, cosecha tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a hierro muere".

El Karma para la magia :
En magia, la energía negativa la puede atraer uno mismo, recibirlas de otras personas que te desean mal porque te la envían, contaminarte con la energía de tu entorno a través  de larvas astrales que te dejan en tu oficina o en tu casa cuando te visitan, éstas larvas entran al cuerpo áurico y te infecta, aquí no tiene que ver el karma, sólo es energía negativa que la misma persona puede atraer con sus pensamientos o que te envían, o que entra en su psiquis por lo que lee o ve en los medios de comunicación, o por lo que le dicen otras personas, algo así como sugestiones, es como un virus que contamina la mente, y el subconsciente, por eso uno tiene que centrarse, investigar siempre, y reprogramarse y curar su mente. Es apropiado que el investigador no se identifique con nada ni nadie y se libere totalmente de las Religiones.
Las personas que decimos “infringen” el cuerpo, llevan un desorden y un desequilibrio en sus vidas y en sus alimentos, todo lo que entra al subconsciente eso atraemos. Si pensamos que eso está mal y nos va a dañar el cuerpo, entonces nos programamos para ello, aunque en efecto hay cosas externas que nos afectan y dañan el cuerpo, y la psiquis, y nos desequilibran totalmente. Con mente en blanco y serena el discípulo identifique lo que es.

Para liberarse completamente del karma, es preciso conocer las energías que se manejan: a) Energía positiva, b) energía negativa, c) energía neutra. Protón, electrón, neutrón. Cuando el discípulo aprende a manejar estos tipos de energía del universo, aprende a usarlas en equilibrio y compensa una con la otra. La energía no es buena ni mala, sólo es energía que puedes usarla inteligentemente y a tu antojo, sin dañar a nadie.

Uno se libera del karma completamente, cuando ningún tipo de acción, pensamiento, y energía puede dañarnos, nos convertimos en algo así como inmortales.

En la Gnosis, la simbolizamos con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia, ó ley de causa y efecto.»

DHARMA  
Dharma es una palabra sánscrita que significa ‘religión’, ‘ley natural’, ‘orden social’, ‘conducta adecuada’ o ‘virtud’.
La palabra proviene de una raíz indoirania dhar ‘ajustar, soportar, sostener’, conectada con
El término aparece ya en el Átharva vedá (I milenio a. C.) y en el sánscrito clásico. En idioma pāli toma la forma dhamma (como se utiliza muchas veces en el budismo). Algunos budistas dicen que dhamma significa ‘camino de las grandes verdades’.
Dharma es un termino sánscrito que refiere a algo sagrado o religioso. El dharma refiere a una norma o un conjunto de normas cuyo objetivo es hacer justo a un individuo dentro de la sociedad.
El dharma es una de Las tres joyas del mundo budista, las otras dos son el propio Buda y el tercero, la comunidad budista.
Es una metáfora frecuente afirmar que cuando Buda enseña, está haciendo girar la rueda del Dharma.
El dharma en el hinduismo
En el hinduismo, el dharma es la ley universal de la naturaleza, ley que se encuentra en cada individuo lo mismo que en todo el universo. A nivel cósmico esta ley se concibe manifestada por movimientos regulares y cíclicos. Por este motivo se simboliza al dharma como una rueda (dharma-chakra: ) que torna o gira sobre sí misma. Este símbolo es el que se encuentra en la bandera de la India.
La rueda del dharma se encuentra en la bandera de la India y es conocida oficialmente como chakra de Ashoka, - el emperador Ashoka, fue un destacado budista, la rueda del dharma en sus monumentos remitía en su simbolismo a la acepción hinduista (la más antigua) del dharma -
Los hindúes no llaman «hinduismo» a su religión, sino sanatana dharma, que se traduce como ‘religión eterna’.
. A nivel del individuo humano, el dharma adquiere una nueva acepción: la del deber ético y religioso que cada cual tiene asignado según su determinada situación de nacimiento.

El Dios dharma 

En la epopeya india del Majábharata, también aparece la figura de Dharma como un dios (Iama, el superintendente de la muerte), que encarna como un hombre, Iudhistira, que fue un mítico emperador de la India. Cuando se retiró, por causa de edad, vivió en las ciudades indias para hacer meditación y encontrar el camino de la superación del ciclo de las reencarnaciones, algo que era habitual antiguamente. No murió, pues fue llevado en cuerpo y alma al Cielo de Indra, el jefe de todos los dioses, donde todavía seguiría viviendo.

El dharma en el budismo
Para mejor comprensión de la sabiduría budista, es conveniente tener claro que se llama “Buda” a la persona que sabe vivir una vida inteligente, en sabiduría, en equilibrió y en armonía consigo mismo y con los demás, con la finalidad de alargar su vida y tener gozo espiritual.
Dentro del budismo la noción del dharma (entendido como doctrina) se dividió para su mejor comprensión en las llamadas Tipitaka:
Estos tres conjuntos de escritos conforman el Canon Pali o también tal cual se ha dicho llamado Tipitaka. El dharma es uno de las llamadas tres joyas (mani) o tesoros del budismo junto con Buda y Shanga.
Es por esto que la mención de la palabra dharma es frecuente entre los budistas, ya que constituye uno de los principales elementos de la llamada «fórmula del triple refugio»:
En la shanga (‘comunidad’) me refugio
en el dharma (‘doctrina’) me refugio
en el Buda (Inteligencia divina) me refugio
y por ellos actúo.
En el jainismo el dharma se entiende principalmente como ‘movimiento’ de la dravya o substancia universal. En tal sentido dentro del jainismo el dharma es una de las siete categorías de la dravya, siendo las otras adharma (irreligión, impiedad), akasa (éter, sustancia intangible), pudgala, kala (tiempo) y yiva-atma (viva-alma).
Para nuestro entendimiento como Sexta raza, el cuerpo Búdico es la inteligencia divina que nos eleva a niveles superiores de frecuencias y de energía, capaz de atraer todo lo que queramos con el pensamiento sin necesidad de padecimientos, es una conexión total con el universo de personas y cosas, una felicidad y paz interna que pone en movimiento a otros seres.

Es una ley que establece que nos hemos manifestado en forma física 
para cumplir un propósito. «Dharma»     


Significa propósito en la vida. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito.

Según esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo.

La ley del Dharma tiene tres componentes:

El primero:
cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.

Esa es la primera forma de cumplir la ley del Dharma. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad. 


El segundo componente
de la ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.

Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta. La expresión de ese talento único, o más de uno en muchos casos, nos introduce en un estado de conciencia atemporal.


El tercer componente
de la ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse: -¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto?  Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente esta ley…

Cuando unimos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, y esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia. Si deseamos utilizar al máximo la ley del Dharma, es necesario que nos comprometamos a hacer varias cosas:      

Primer compromiso: Por medio de la práctica espiritual buscaremos nuestro yo superior, el cual está más allá de nuestro ego.

Segundo compromiso: Descubriremos nuestros talentos únicos, y después de descubrirlos disfrutaremos de la vida, porque el proceso del gozo tiene lugar cuando entramos en la conciencia atemporal. En ese momento, estaremos en un estado de dicha absoluta.

Tercer compromiso
: Nos preguntaremos cuál es la mejor manera en que podemos servir a la humanidad. Responderemos esa pregunta, y luego pondremos la respuesta en práctica. Utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades de nuestros congéneres los seres humanos; combinaremos esas necesidades con nuestro deseo de ayudar y servir a los demás. Hagamos una lista de nuestras respuestas a estas dos preguntas:

¿Qué haría yo si no tuviera que preocuparme por el dinero y si a la vez dispusiera de todo el tiempo y el dinero del mundo? Si de todas maneras quisiéramos seguir haciendo lo que hacemos ahora, es porque estamos en Dharma, porque sentimos pasión por lo que hacemos, porque estamos expresando nuestros talentos únicos…
  
La segunda pregunta es: ¿Cuál es la mejor manera en que puedo servir a la humanidad?.

Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
Descubramos nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos.

Cuando nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma. 


Comenzaremos a experimentar la vida como una expresión milagrosa de la divinidad, no ocasionalmente, sino a toda hora. Y conoceremos la alegría verdadera y el significado real del éxito, el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu. (DEEPAK CHOPRA. ).

¿Qué es el Dharma?
Dharma es una palabra sánscrita que significa ‘protección’. Con la práctica de la  Inteligencia divina, nos protegemos del sufrimiento. Los problemas que tenemos a diario tienen su origen en la ignorancia y el método para eliminarla es practicar el Dharma.
El adiestramiento en el Dharma es el método supremo para mejorar nuestra calidad de vida. Esta no sólo depende del progreso material, sino también de que cultivemos paz y felicidad en nuestro interior.
Por ejemplo, en el pasado numerosos budistas vivían en países pobres y, a pesar de ello, gracias a las enseñanzas de Buda, lograron encontrar una felicidad pura y duradera.
Si integramos las enseñanzas de Buda (inteligencia divina) en nuestra vida diaria, podremos resolver nuestros problemas internos y disfrutar de verdadera tranquilidad. Sin paz interior, la paz externa es imposible.
Si establecemos primero la paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en el camino espiritual, la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no lo hacemos así, nunca habrá paz en el mundo por muchas campañas que se organicen en su favor.
Practicar el Dharma significa aplicar las enseñanzas de la Inteligencia divina en la vida diaria.
El propósito de la práctica de Dharma es lograr la liberación permanente de renacer en los reinos inferiores.
Dharma ha sido a veces traducido por „virtud“, ya que constituye el „hilo“ (el „mérito religioso“) que liga esta vida con la vida futura y, en último término, el orden o camino recto y justo que permite pasar de la una a la otra. En cierto modo, es como una voz que indica la vocación (el orden propio) de cada ser y del universo en conjunto[3].
Cada individuo puede llegar a la perfección dentro de su dharma, y no puede llegar a ella por ningún otro camino. El brahmán tiene su moral de meditación y de ascetismo, como el ksatriya o guerero tiene la suya de fiereza y combate. Los dioses mismos están sometidos a un riguroso régimen; tienen que portarse como dioses. Lo ilícito es cometer la transgresión de un dharma y pasarse al ajeno, como no sea por vía de sacrificio. El acto indebido acarrea inexorablemente la reencarnación en una especie inferior. El dios Brahma enseñó la gigantesca lista de normas vitales a los demás dioses, y la expuso en cien mil capítulos, según nos refiere en el Mahabharata. En vez de instaurar un solo perfil de corrección moral, anulando la riqueza del cosmos, el hindú respeta y acepta la maravillosa pluralidad del mundo, y en principio, como indica Weber, admite una moral para el ladrón y la prostituta. En cambio, no permite ningún desliz dentro de cada estatuto moral. No hay escape posible. El viejo poema lo dice bellamente: „Como entre mil vacas el ternero encuentra a su madre, así el pecado cometido una vez persigue eternamente a su autor“. Pues bien, amigo mío: el dharma de usted es jugar al golf, como el mío es un dharma de escritura y conversación.»
[Ortega y Gasset, José: „Conversación en el golf o la idea del dharma“ (1926). En: Obras completas. Madrid: Revista de Occidente, 1963, t. 2, p. 408-409]



[1] La religión brahmánica es la antigua creencia de los arios, mientras que el hinduismo es la forma moderna de esa misma religión, tal como se desarrolló luego de que el budismo fue expulsado de la India (siglo IV a.c.). 
[3] http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Karma%20y%20Dharma.htm