KARMA Y DHARMA
KARMA: El karma es considerado en las distintas religiones del budismo, hinduismo , yainismo , ayyavazhi y el espiritismo, como una «ley» cósmica de retribución.
El sustantivo sánscrito karman
significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unādi Sūtra
4.144). El Karma es definido como una acción y reacción, es decir toda causa tiene su efecto. Por ejemplo la causa de la enfermedad es producto de los malos hábitos y mala alimentación, puede que sea la deficiencia o excesiva vitaminas en el cuerpo.
En la Religión Hindú
El karma está relacionada con la reencarnación, bien
sea superior o inferior en la escala animal humana, según ellos, la única liberación es el retiro ascético
empleando técnicas yoga para eliminar
las pasiones humanas.
Esta doctrina sostiene que las
personas tienen la libertad para hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir
las consecuencias de sus actos. Hay que tener en cuenta que las acciones o
hechos modifican el pasado, presente y futuro de la persona.
Para los Hindú, el Karma sería
una Ley de causa y efecto, es decir: “que todo lo que siembras cosechas”, “No hay efecto sin causa” y que
existen divinidades que se encargan de hacerla cumplir. El karma es una «ley»
de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual
y opuesta. El encargado de hacer cumplir esta ley sería el omnisciente dios
invisible Iama Rash (el ‘rey de la prohibición’) y sus monstruosos sirvientes
invisibles, los iama- dutas (‘mensajeros de Iama’).
Después de que una persona abandona su
cuerpo al momento de la muerte, los iamadutas le arrastrarían hasta la
morada de Iamarásh, donde es juzgado duramente de acuerdo con las acciones,
registradas una por una en el libro de la vida, que recita Chitra Gupta, el secretario de Iamarash.
Los Brahamanes[1],
Consideran al karma como una responsabilidad de los
penitentes durante el ciclo de sus reencarnaciones (rueda de samsara), a fin de
que puedan alcanzar la liberación final (nirvana). Es decir, que en Yoga se
considera un deber consciente liberarse del karma.
En la Religión Egipcia :
Existen
una serie de Divinidades encargadas de hacer cumplir la Justicia Divina , y así
encontramos a Anubis y sus 42 Jueces que
son los encargados de juzgar y pesar el corazón de los Iniciados egipcios.
En la Religión Budista
:
La
explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es diferente al de la
hinduista. El karma no sería una ley de causa y efecto que implicaría la
existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir, sino una inercia
natural.
El karma sería algo así,
como una energía metafísica (invisible) que surge de los actos de las personas.
De acuerdo con las leyes del karma, todas las reencarnaciones quedan
condicionadas por los actos realizados en vidas pasadas y presentes.
La mayoría de las escuelas
budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de
superconsciencia llamado nirvana (samādhi en yoga),
que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del
budismo
nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación. Por lo tanto, la práctica budista
intenta que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta
misma vida. El presente según los Budistas está condicionado y relacionado a las acciones y conductas de vidas pasadas, éstas forman una red que engloban a nuestra familia, amigos, y terceras personas que hayamos ayudado o dañado en vidas pasadas.
Los niños prodigio:
El karma y la reencarnación serían la
manera en que los orientales trataban de explicar el fenómeno de los niños prodigio, que serían resultado de muchas vidas de práctica en ese don particular. Esos
niños serían almas que de alguna manera podrían aprovechar el talento aprendido
en vidas anteriores, y que estaría almacenado en una inaccesible memoria astral o
registros akáshicos
(anales en el éter,
sustancia mítica invisible más sutil que el aire).
En la Región Cristiana :
Lo que para la Iglesia católica se llama
“pecados”, para los esoteristas conscientes, la denominamos “infracciones”.
Estas infracciones se dan comúnmente tanto en el cuerpo como en la conducta, y
se da en el cuerpo por ejemplo cuando atentamos contra nuestra salud,
consumiendo comidas chatarras, o cuando adulteramos los productos que vendemos
al público, o cuando cometemos actos injustos en nuestra vida, es decir,
infringimos la Ley
natural adulterándola y atentando con el equilibrio del universo.
Para los esoteristas :
Para los esoteristas
esta etapa del Karma es un estado de consciencia equivalente al Purgatorio del
que habla el cristianismo, es decir, una etapa de padecimientos y expiaciones
por nuestras faltas y en el que conscientemente regresamos al camino perfecto y
puro de las virtudes.
Tanto para el hinduismo
como para el budismo[2],
el karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores
que generan reacciones:
- los
actos
- las
palabras
- los pensamientos.
Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica
de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del
condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos que son :
- nacimiento
- enfermedad
- vejez
- muerte.
Lo bueno o malo que le sucede a un ser humano no sería algo muy a voluntad
de las deidades, sino el resultado de sus propios actos.
Es muy fácil y cómodo para
los espiritualistas echar la culpa de hechos cotidianos como, homicidio, robo,
atropello, y atribuirlos al Karma de la víctima, cuando lo real es que muchas
veces se infringe la ley universal por ignorancia y desconocimiento, lo que
tendría que hacerse es educar a la población y despertar consciencia de los
valores esenciales y universales del ser.
Si queremos una humanidad justa, sana, en armonía y en equilibrio,
es preciso despertar consciencia y educar; así evitamos que aparezcan seres
inferiores infractores de las leyes naturales : sea del cuerpo, y de la tierra,
así como también que infrinjan las leyes que establecen el orden y la
disciplina creando el caos.
Una educación sólida, refuerza los valores morales y hace que las
personas rechacen toda formas de corrupción, Jesús dijo : “el pastor
de las ovejas por la puerta entra, los que entran por la ventana lo hacen sólo
para robar”. Cuando los iniciados van
despertando consciencia en ellos mismos, y en otras personas, entonces empieza
a surgir el nuevo orden de cosas. Eh allí el nuevo Orden para la humanidad.
Lo importante es que uno sea consciente de lo que hace, dice y
piensa, y realizar una auténtica revolución de la consciencia. Recuerda de qué
árbol caíste, y en qué infringiste, sólo haciendo consciencia de tus actos
puedes darte cuenta de lo que pagas. Hay deudas kármicas que originamos todos
los días de nuestra existencia, como también existen deudas kármicas de vidas
pasadas, podemos cancelar las deudas kármicas de esta vida, siendo más
conscientes con los demás, siempre practicando la justicia en todo.
Jesús en la tierra, fue un servidor público consciente de la
humanidad, nunca quiso le rindieran honores, ni tampoco buscaba acumular
dinero, ni que lo alagaran, ni le dieran altos cargos dignatarios. El iniciado
debe prestar un buen servicio, un
servicio sin engaño, de ese modo se gana Dharma.
El karma acumulado, puede ser trascendido por una Ley superior de
sacrificio por la humanidad, así de esa forma rápida y sencilla se cancelan las
deudas kármicas, siempre y cuando este sacrificio sea consciente, honesto, y desinteresado.
Y no sacrificios por pura vanidad del ego.
Es increíble como la humanidad siempre justifica sus actos con
sistemas religiosos. Lo importante es hacer lo correcto no porque vayamos a
recibir cosas buenas o malas, sino
porque es lo correcto, justo y verdadero, y porque de ese modo expresamos el
amor que nos tenemos, extendiéndolo al prójimo: Por eso el Primer mandamiento
de la Ley de Dios
es “Amar a Dios sobre todas las cosas” y eso implica amarse uno mismo.
Existen personas que se arrastran por dinero y por un puesto de trabajo y con su actitud crean el
desequilibrio universal, no permitamos las injusticias, denunciemos todo hecho
inmoral y deshonesto que se fraguan a escondidas, seamos conscientes a la hora
de elegir a nuestras autoridades, siempre vigilando y analizando su código de
conducta. Elijamos siempre personas preparadas profesionalmente, y que sean honestas, no nos dejemos llevar por su
forma de hablar ni por su ropa, ni por su carisma, miremos sus obras, su
conducta y su evolución como ser. No destruyamos las esperanzas ni la fe de
nadie, porque todo lo que se hace en esta vida se paga. Cuando dañamos a otros,
recibimos maldiciones de las personas que dañamos, se nos regresa, y la consecuencia es que te cargas con energías
negativas, las absorbes contaminando tu cuerpo áurico. No seamos una piedra en el camino de nadie,
no usemos la mentira como instrumento para perjudicar a nuestro prójimo.
Los guías de la humanidad (ángeles) deben inculcar auténticos valores, la ética. La bestia hombre
es desatada por la oscuridad e ignorancia. En lugar de liberar a Cristo en
nosotros, lo crucificamos todos los días y en su lugar liberamos nuestros defectos (yoes diablos en nosotros) que nos
descienden a una vida de bajo nivel, de baja categoría que nos hace involucionar. La grandeza jamás estará en el
dinero, ni en el poder, la grandeza está en el espíritu, en lo que somos como
seres.
Se entiende que existe un estado de pureza y sabiduría original, un orden latente y desconocido
para nuestro entendimiento, debemos reconectarnos con ese orden natural, muchos
nos desconectamos de nuestra propia naturaleza interna y por eso surge el karma.
El cuerpo es como el universo, funciona muy bien cuando estamos dormidos y
despiertos, consciente e inconsciente, y si dejamos que él mismo pida lo que
necesita a veces se descontrola. Los seres humanos, siempre queremos educar a
la naturaleza, finalmente la naturaleza termina educándonos.
La
reencarnación —o transmigración de las almas— es
el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las
condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el
estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y
progresivamente vida tras vida, en una especie de evolución espiritual del
alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo
viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza
superior o divina.
El karma del
iniciado y del discípulo de la energía, está representado por reencarnar sus
distintos cuerpos en la vida presente, por lo que el discípulo sabio no debe
identificarse con cada cuerpo karmático, las distintas almas y espíritus
creados en cada vida quieren manejar al discípulo, aquí hay que arrancar la
sabiduría de cada alma y dejarla ir a la sepultura, observemos el resultado de
cada uno de ellas, su aprendizaje y si nos gusta el resultado continuamos, y si
nos desagrada el resultado hay que seguir trabajando en la perfección de
nuestro cuerpo formando el espíritu perfecto. Cuando hayamos formado un
espíritu perfecto, se reflejará en nuestro cuerpo, es la etapa de la
resurrección de los muertos.
Por lo
general, las almas y espíritus de vidas pasadas que vienen a nosotros han
cometido errores y por esa razón perdieron el cuerpo. Lo importante es
averiguar en qué se equivocaron para no incurrir en lo mismo.
No debemos
olvidar los proverbios Cristianos: "el que siembra rayos, cosecha
tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con
ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a
hierro mata a hierro muere".
El Karma para la magia :
En magia, la
energía negativa la puede atraer uno mismo, recibirlas de otras personas que te
desean mal porque te la envían, contaminarte con la energía de tu entorno a
través de larvas astrales que te dejan
en tu oficina o en tu casa cuando te visitan, éstas larvas entran al cuerpo áurico
y te infecta, aquí no tiene que ver el karma, sólo es energía negativa que la
misma persona puede atraer con sus pensamientos o que te envían, o que entra en
su psiquis por lo que lee o ve en los medios de comunicación, o por lo que le
dicen otras personas, algo así como sugestiones, es como un virus que contamina
la mente, y el subconsciente, por eso uno tiene que centrarse, investigar
siempre, y reprogramarse y curar su mente. Es apropiado que el investigador no
se identifique con nada ni nadie y se libere totalmente de las Religiones.
Las personas
que decimos “infringen” el cuerpo, llevan un desorden y un desequilibrio en sus
vidas y en sus alimentos, todo lo que entra al subconsciente eso atraemos. Si
pensamos que eso está mal y nos va a dañar el cuerpo, entonces nos programamos
para ello, aunque en efecto hay cosas externas que nos afectan y dañan el
cuerpo, y la psiquis, y nos desequilibran totalmente. Con mente en blanco y serena
el discípulo identifique lo que es.
Para liberarse
completamente del karma, es preciso conocer las energías que se manejan: a)
Energía positiva, b) energía negativa, c) energía neutra. Protón, electrón,
neutrón. Cuando el discípulo aprende a manejar estos tipos de energía del
universo, aprende a usarlas en equilibrio y compensa una con la otra. La
energía no es buena ni mala, sólo es energía que puedes usarla inteligentemente
y a tu antojo, sin dañar a nadie.
Uno se libera
del karma completamente, cuando ningún tipo de acción, pensamiento, y energía
puede dañarnos, nos convertimos en algo así como inmortales.
En la Gnosis , la simbolizamos con
una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le
denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le
llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia,
ó ley de causa y efecto.»
DHARMA
Dharma es una palabra sánscrita que significa ‘religión’, ‘ley
natural’, ‘orden social’, ‘conducta adecuada’ o ‘virtud’.
La palabra proviene de una raíz indoirania dhar ‘ajustar, soportar,
sostener’, conectada con
- el latín frēnum (‘rienda para caballo,
freno’),
- el antiguo alto alemán
tarni [latens] (‘oculto, retirado’) y
- en eslavo eclesiástico
drъžǫ, drъžati (‘sostener, poseer’).
El término aparece ya en el Átharva vedá (I milenio a. C.) y en el
sánscrito clásico. En idioma pāli toma la forma dhamma
(como se utiliza muchas veces en el budismo). Algunos budistas dicen que dhamma
significa ‘camino de las grandes verdades’.
Dharma es un termino sánscrito que refiere a
algo sagrado o religioso. El dharma refiere a una norma o un conjunto de normas
cuyo objetivo es hacer justo a un individuo dentro de la sociedad.
El dharma es una de Las tres joyas del mundo
budista, las otras dos son el propio Buda y el tercero, la comunidad budista.
Es una metáfora frecuente afirmar que cuando Buda
enseña, está haciendo girar la rueda del Dharma.
El dharma en el hinduismo
En el hinduismo, el dharma es la ley universal de la
naturaleza, ley que se encuentra en cada individuo lo mismo que en todo el
universo. A nivel cósmico esta ley se concibe manifestada por movimientos
regulares y cíclicos. Por este motivo se simboliza al dharma como una
rueda (dharma-chakra: ☸) que torna o gira sobre sí
misma. Este símbolo es el que se encuentra en la bandera de la India.
La rueda del dharma se encuentra en la bandera de la India
y es conocida oficialmente como chakra de Ashoka, - el emperador Ashoka, fue un destacado budista, la
rueda del dharma en sus monumentos remitía en su simbolismo a la
acepción hinduista (la más antigua) del dharma
-
Los hindúes no llaman «hinduismo» a su religión, sino sanatana
dharma, que se traduce como ‘religión eterna’.
. A nivel del individuo humano, el dharma adquiere una
nueva acepción: la del deber ético y religioso que cada cual tiene asignado
según su determinada situación de nacimiento.
El Dios dharma
En la epopeya india del Majábharata, también aparece la figura de
Dharma como un dios (Iama, el
superintendente de la muerte), que encarna como un hombre, Iudhistira, que fue un mítico emperador de la India. Cuando se
retiró, por causa de edad, vivió en las ciudades indias para hacer meditación y
encontrar el camino de la superación del ciclo de las reencarnaciones, algo que
era habitual antiguamente. No murió, pues fue llevado en cuerpo y alma al Cielo
de Indra, el jefe de todos los dioses, donde todavía seguiría viviendo.
El dharma en el budismo
Para mejor comprensión de
la sabiduría budista, es conveniente tener claro que se llama “Buda” a la
persona que sabe vivir una vida inteligente, en sabiduría, en equilibrió y en
armonía consigo mismo y con los demás, con la finalidad de alargar su vida y
tener gozo espiritual.
Dentro del budismo la noción del dharma (entendido como
doctrina) se dividió para su mejor comprensión en las llamadas Tipitaka:
- sutras (enseñanzas del Buda Siddharta Gautama
mismo);
- vinayas (reglas monásticas proporcionadas por Buda); y
- abhidharma (comentarios y discusiones sobre
los sutras y vinayas por los sabios de períodos
posteriores).
Estos tres conjuntos de escritos conforman el Canon Pali o también tal cual se ha dicho
llamado Tipitaka. El dharma es uno de las llamadas tres joyas (mani)
o tesoros del budismo junto con Buda
y Shanga.
Es por esto que la mención de la palabra dharma es
frecuente entre los budistas, ya que constituye uno de los principales
elementos de la llamada «fórmula del triple refugio»:
En la shanga (‘comunidad’) me refugio
en el dharma
(‘doctrina’) me refugio
en el Buda
(Inteligencia divina) me refugio
y por ellos
actúo.
En el jainismo el dharma se entiende principalmente como
‘movimiento’ de la dravya
o substancia universal. En tal sentido dentro del jainismo el dharma es
una de las siete categorías de la dravya, siendo las otras adharma
(irreligión, impiedad), akasa
(éter, sustancia intangible), pudgala,
kala (tiempo) y yiva-atma (viva-alma).
Para nuestro entendimiento
como Sexta raza, el cuerpo Búdico es la inteligencia divina que nos eleva a
niveles superiores de frecuencias y de energía, capaz de atraer todo lo que
queramos con el pensamiento sin necesidad de padecimientos, es una conexión
total con el universo de personas y cosas, una felicidad y paz interna que pone
en movimiento a otros seres.
Es una ley que establece
que nos hemos manifestado en forma física
para cumplir un propósito. «Dharma»
Significa propósito en la vida. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito.
Según esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo.
La ley del Dharma tiene tres componentes:
El primero: cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.
Esa es la primera forma de cumplir la ley del Dharma. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad.
El segundo componente de la ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.
Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta. La expresión de ese talento único, o más de uno en muchos casos, nos introduce en un estado de conciencia atemporal.
El tercer componente de la ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse: -¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto? Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente esta ley…
Cuando unimos la capacidad
de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, y esto al
conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad
pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa
es la verdadera manera de lograr la abundancia. Si deseamos utilizar al máximo
la ley del Dharma, es necesario que nos comprometamos a hacer varias cosas:
Primer compromiso: Por medio de la práctica
espiritual buscaremos nuestro yo superior, el cual está más allá de nuestro
ego.
Segundo compromiso: Descubriremos nuestros
talentos únicos, y después de descubrirlos disfrutaremos de la vida, porque el
proceso del gozo tiene lugar cuando entramos en la conciencia atemporal. En ese
momento, estaremos en un estado de dicha absoluta.
Tercer compromiso: Nos preguntaremos cuál es la mejor manera en que podemos servir a la humanidad. Responderemos esa pregunta, y luego pondremos la respuesta en práctica. Utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades de nuestros congéneres los seres humanos; combinaremos esas necesidades con nuestro deseo de ayudar y servir a los demás. Hagamos una lista de nuestras respuestas a estas dos preguntas:
¿Qué haría yo si no
tuviera que preocuparme por el dinero y si a la vez dispusiera de todo el
tiempo y el dinero del mundo? Si de todas maneras quisiéramos seguir haciendo
lo que hacemos ahora, es porque estamos en Dharma, porque sentimos pasión por
lo que hacemos, porque estamos expresando nuestros talentos únicos…
La segunda pregunta es:
¿Cuál es la mejor manera en que puedo servir a la humanidad?.
Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
Descubramos nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos.
Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
Descubramos nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos.
Cuando nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma.
Comenzaremos a experimentar la vida como una expresión milagrosa de la divinidad, no ocasionalmente, sino a toda hora. Y conoceremos la alegría verdadera y el significado real del éxito, el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu. (DEEPAK CHOPRA. ).
¿Qué es el Dharma?
Dharma es una palabra
sánscrita que significa ‘protección’. Con la práctica de la Inteligencia divina, nos protegemos del
sufrimiento. Los problemas que tenemos a diario tienen su origen en la
ignorancia y el método para eliminarla es practicar el Dharma.
El adiestramiento en el
Dharma es el método supremo para mejorar nuestra calidad de vida. Esta no sólo
depende del progreso material, sino también de que cultivemos paz y felicidad
en nuestro interior.
Por ejemplo, en el pasado
numerosos budistas vivían en países pobres y, a pesar de ello, gracias a las
enseñanzas de Buda, lograron encontrar una felicidad pura y duradera.
Si integramos las
enseñanzas de Buda (inteligencia divina) en nuestra vida diaria, podremos
resolver nuestros problemas internos y disfrutar de verdadera tranquilidad. Sin
paz interior, la paz externa es imposible.
Si establecemos primero la
paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en el camino espiritual,
la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no lo hacemos así, nunca
habrá paz en el mundo por muchas campañas que se organicen en su favor.
Practicar el Dharma significa aplicar las enseñanzas de
la Inteligencia divina en la vida diaria.
El propósito de la
práctica de Dharma es lograr la liberación permanente de renacer en los reinos
inferiores.
Dharma ha sido a veces traducido por „virtud“, ya que constituye el „hilo“ (el
„mérito religioso“) que liga esta vida con la vida futura y, en último término,
el orden o camino recto y justo que permite pasar de la una a la otra. En
cierto modo, es como una voz que indica la vocación (el orden propio) de cada
ser y del universo en conjunto[3].
Cada individuo
puede llegar a la perfección dentro de su dharma, y no puede
llegar a ella por ningún otro camino. El brahmán tiene su moral de meditación y
de ascetismo, como el ksatriya o guerero tiene la suya de fiereza y combate.
Los dioses mismos están sometidos a un riguroso régimen; tienen que portarse
como dioses. Lo ilícito es cometer la transgresión de un dharma y
pasarse al ajeno, como no sea por vía de sacrificio. El acto indebido acarrea
inexorablemente la reencarnación en una especie inferior. El dios Brahma enseñó
la gigantesca lista de normas vitales a los demás dioses, y la expuso en cien
mil capítulos, según nos refiere en el Mahabharata. En vez de instaurar
un solo perfil de corrección moral, anulando la riqueza del cosmos, el hindú
respeta y acepta la maravillosa pluralidad del mundo, y en principio, como
indica Weber, admite una moral para el ladrón y la prostituta. En cambio, no
permite ningún desliz dentro de cada estatuto moral. No hay escape posible. El
viejo poema lo dice bellamente: „Como entre mil vacas el ternero encuentra a su
madre, así el pecado cometido una vez persigue eternamente a su autor“. Pues
bien, amigo mío: el dharma de usted es jugar al golf, como el mío
es un dharma de escritura y conversación.»
[Ortega y
Gasset, José: „Conversación en el golf o la idea del dharma“
(1926). En: Obras completas. Madrid: Revista de Occidente, 1963, t. 2,
p. 408-409]
[1] La religión
brahmánica es la antigua creencia de los arios, mientras que el hinduismo es la
forma moderna de esa misma religión, tal como se desarrolló luego de que el
budismo fue expulsado de la
India (siglo IV a.c.).
[3] http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Karma%20y%20Dharma.htm
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